¿Y si compartimos el cuidado?




“¿Mi marido? Sí, me ayuda con las cosas de la casa”.

¿Cuántas veces las mujeres respondemos así a la pregunta de si ellos “colaboran”? Y contestamos así las afortunadas, las que tenemos una pareja que se “arremanga”.

Que las mujeres se incorporaron plenamente a la vida productiva es una verdad de perogrullo. Como lo es también que todavía cobramos menos que los hombres por la misma tarea, que nos cuesta mucho más ascender en las escalas jerárquicas (el tan mentado techo de cristal) y que soportamos muchas más situaciones de acoso laboral que los varones. 

Pero hay otra realidad, puertas adentro de casa, que hace que esta realidad ocurra puertas afuera: y es que el trabajo no remunerado en el hogar lo siguen haciendo, en su mayoría, las mujeres. Las mujeres hacen mayoritariamente las tareas domésticas y se encargan del cuidado de niños y adultos mayores. Trabajo que ningún empleador paga.


Hay muchas estadísticas que avalan esto y una nueva campaña que acaban de lanzar el Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay (CINU); el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); la Fundación AVON, el Instituto Nacional de las Mujeres y la Universidad Nacional de San Martín pone el foco en ellas. La iniciativa, muy original, convoca a hombres reconocidos para empezar a derribar mitos y lograr que más congéneres se involucren en las tareas del hogar y en compartir el cuidado. Justamente, así se llama: #CompartamoselCuidado.

En mi casa, siempre la gestión del hogar ha sido 50 y 50: los dos trabajamos full time y los dos nos encargamos del cuidado de nuestros hijos (y el resto de las cosas que conlleva llevar adelante una casa) de un modo equitativo, con reparto de las tareas que nos resultan más afines a cada uno. Y criamos a nuestros chicos en esa misma línea: que no hay cosas de nenes y cosas de nenas y que todos, en una familia, tenemos que colaborar para hacer que las cosas funcionen. Aunque lo que te toque hacer a lo mejor no te guste.


La campaña es interesante para reflexionar sobre nuestras actitudes, hombres y mujeres (a ver, ¿cuántas veces nosotras decimos “Dejá que lo hago yo” porque pensamos que no va a poder o porque no lo hace a nuestra manera?). Es un buen ejercicio mirar para adentro lo que cada uno hace y, también, lo que hacemos como sociedad. ¿Por qué la escuela, abierta o subrepcticiamente, sigue convocando a mamá para que sea ella la que se involucre en las demandas escolares? ¿Por qué tenemos grupos de WhatsApp de “mamis” y no de “padres”, sin distinción de género? ¿Por qué miramos raro al empleado que pide el día para cuidar a su hijo enfermo y suponemos que es la madre la que se tiene que quedar en casa en esa situación? ¿Por qué no reclamamos que haya cambiadores en los baños de varones? 

Les dejo algunos spots para seguir pensando. Y, por qué no, charlar en pareja y en familia sobre cómo compartir el cuidado.




Adriana Santagati

Soy periodista desde hace 20 años y mamá desde hace 10. Edito en Clarín Sociedad, soy blogger en Disney Babble y escribo en Ciudad Nueva. En este blog recopilo noticias, consejos, experiencias y reflexiones sobre todo lo que nos atraviesa en nuestra vida cotidiana (y en especial en la maternidad/paternidad).

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