Mamás reales



El Día de la Madre ya pasó, y con él los mensajes de amor de nuestra familia, y las campañas publicitarias que nos recordaban lo importantes que somos. Ahora nos quedan por delante 364 días hasta nuevamente tener “nuestro” día. Y me apareció una pregunta: ¿cómo yo, como mamá, los voy a llevar adelante?

La reflexión me surgió a partir de una encuesta muy interesante que Dove realizó para el lanzamiento de su nueva línea Dove Baby de cuidado para el bebé, y que se presentó justamente para el Día de la Madre. El título del estudio es muy significativo. “Confía en tu manera: no existen mamás perfectas, sólo mamás reales”.

Esa frase encierra mucho. ¿Cuántas veces las mujeres nos sentimos presionadas por ser madres “perfectas”? ¿Perfectas según quién? ¿Según los modelos de nuestras madres? ¿Según los modelos de nuestras pares? ¿Según los modelos que nos muestran los medios de comunicación? ¿Cuántas veces nos escuchamos realmente? ¿Cuántas nos sentimos realmente seguras y confiadas en nuestro instinto, en nuestra manera de ser mamás?

El estudio revela algunas cifras significativas:
  • El 98% de las mujeres asegura que haberse convertido en mamá es uno de los hechos más felices de su vida
  • El 72% reconoce que le preocupa no ser suficientemente buena como madre
  • El 58% de las mamás cuestiona las elecciones que hace para su bebé
  • Al 75% le preocupa no poder lidiar con todo
  • El 70% asegura haber sentido alguna vez la presión por ser una mamá perfecta y el 73% reconoce que esta presión proviene de lo que ellas mismas se autoimponen
  • El 62% cree que la sociedad les impone un modelo perfecto de ser mamá
  • El 63% afirma que alguna vez le molestaron los consejos y opiniones de familiares y amigos sobre cómo cuidar a sus hijos
  • El 32% tiene dificultades para balancear el tiempo que pasan con su hijo y el cumplimiento de otras obligaciones


Las invito a hacerse estas mismas preguntas de la encuesta y a contrastar sus respuestas. Y a reflexionar sobre qué les pasa a ustedes como mamás cuando se juzgan a sí mismas. ¿Cuál es la vara de la exigencia con la que se miden?


La psicóloga Inés Di Bártolo, convocada para analizar la encuesta, reflexiona: “¿Cómo es una mamá suficientemente buena? Es una mamá real, que está sinceramente preocupada por ser una buena madre, pero que se equivoca, intenta de nuevo y aprende de sus errores. Que sabe que la perfección no existe. Que cuida a su bebé y le presta atención. Que se esfuerza por entender lo que el bebé siente y lo que le pasa, por darle lo que necesita. Que le dedica tiempo y está disponible. Y que necesita también tiempo para ella misma, sin que eso la haga sentir excesivamente culpable. Que tiene paciencia. Y que a veces, pierde la paciencia. Es una mamá que confía en su propio criterio, y que no sigue ciegamente los consejos de otros ni está tan preocupada por lo que los demás piensan de lo que ella hace. Que cree en el ensayo y el error; en la falta y la reparación. Que sabe que si las cosas no salen ahora, ya van a salir. Y que no se desespera o se desespera lo mínimo inevitable. Y lo más importante: que se conecta y entra en sintonía con su hijo. Que lo disfruta y lo conoce. Que puede estar realmente con él”.


¿Somos lo suficientemente buenas madres? Apuesto a que sí. Somos mamás reales. Porque ni la mamá, ni la esposa, ni la mujer (ni el padre, ni el esposo, ni el hombre) perfectas existen. Relajémonos y disfrutemos de la experiencia de la maternidad sin tantos mandatos. Nuestros hijos también nos lo van a agradecer. 


Adriana Santagati

Soy periodista desde hace 20 años y mamá desde hace 10. Edito en Clarín Sociedad, soy blogger en Disney Babble y escribo en Ciudad Nueva. En este blog recopilo noticias, consejos, experiencias y reflexiones sobre todo lo que nos atraviesa en nuestra vida cotidiana (y en especial en la maternidad/paternidad).

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